domingo, 20 de mayo de 2012

NORUEGA



Visitamos Noruega dentro del circuito que, en agosto de 2003, recorría los Fiordos y Glaciares además de visitar las principales ciudades de Escandinavia.
Creo que los paisajes noruegos son los más espectaculares que  he visto hasta ahora. Estoy pensando en los Fiordos, en particular en el de Geiranger; pero no sólo los fiordos, son también preciosos los valles y bosques, con sus casitas de madera y el tejado lleno de verde hierba. Todo es agua y vida en Noruega.
BERGEN
Era nuestro primer destino y aquí aterrizó el avión.
La ciudad es pequeña y acogedora. Lo más conocido es la zona del puerto, donde hay mucho ambiente, puestos de venta tanto de comida como de ropa y otras cosas, además de encontrarse ahí el barrio de las casas de madera, perfectamente conservado y que es patrimonio de la Humanidad. El ambiente que no es nada recomendable es el que te encuentras por la noche, con gente joven completamente ebria y cogiéndose a las paredes de los múltiples pubs que hay.
La zona del muelle está rodeada de colinas, con muchos árboles y lujosas casas. Merece la pensa disfrutar del paisaje que se ofrece de la ciudad tras subir en el funicular.
OSLO, la capital
Es una ciudad de la que yo no esperaba nada y no tenía interés en conocer pero que me reservaba grandes sorpresas.
La primera sorpresa fue lo agradable de pasear por sus tranquilas calles y el Ayuntamiento tan original, que puede observarse mientras paseas por un muelle en el que puedes encontrar múltiples lugares donde sentarte y disfrutar de buenas vistas. Es una ciudad además pequeña, con no más de medio millón de habitantes.
La segunda sorpresa fue el Museo de pintura en el que se encuentra el famoso cuadro de Munch “El grito” pero en el que pudimos disfrutar de obras de pintores desconocidos para nosotros pero muy buenos.
Y la tercera y gran sorpresa para mí, lo que me emocionó hasta el punto de no querer salir de ahí fue el parque Vigeland. Sólo este lugar merece capítulo aparte, en la entrada titulada Oslo.
Yo sabía que este parque era un símbolo de la ciudad, pero no comprendía por qué era tan famoso. Cuando estás ahí lo comprendes. Es un inmenso parque que contiene 212 esculturas de granito del escultor al que debe su nombre. Las esculturas fueron creadas en el periodo comprendido entre 1907 y 1942 y representan momentos de la vida de las personas y sus estados emocionales. Tienen tal expresividad que consiguen crear en quien las contempla ese mismo estado de ánimo que representan.
VALLE DE VOSS
Antes de llegar a esta belleza de la naturaleza, pasamos por cascadas, rios y bosques de una vegetación espectacular y todo ello sembrado de pequeñas casitas de madera aisladas y de aspecto acogedor.
Nos alojamos en el hotal Oppheim que estaba delante de un gran lago, que yo podía disfrutar desde la ventana de la habitación y que era de una belleza increíble. El paisaje era tan bonito que algunos compañeros del grupo disfrutaron de una opción turística: subir en helicóptero. Nosotros tuvimos bastante con pasear por los alrededores, de una sencilla y tranquila belleza, además de disfrutar del ambiente agradable del hotel.
Los FIORDOS: GEIRANGER
Es el  más conocido y por el que hicimos el recorrido más completo. Es conocido como el Fiordo de los Sueños y no me extraña porque el recorrido en barco por sus aguas es espléndido: cascadas, montañas llenas de vegetación, el agua tranquila, las gaviotas…..una gozada. Lástima que yo entonces no tuviera una cámara digital como ahora y pude hacer pocas fotos. La de la presentación es cortesía de la familia (mis hermanas Ana, Milu, Mari, Fina y cuñados).
GLACIARES
Nos dejaron al inicio de un camino que nos llevaría hasta la lengua del glaciar BRIKSDAL. Caminamos un buen rato hasta llegar a ese lugar y mereció la pena. Las diferentes tonalidades del blanco del hielo eran increíbles. Una cosa que me llamó la atención fue que la gente se subía al hielo sin reparos a pesar de que el guía nos había advertido de que no lo tocáramos porque la lengua del glaciar avanza y podría aprisionarnos. A mí eso me pareció asombroso y, desde luego, yo no toqué el hielo. 

El viaje por Noruega terminó tras la excursión al glaciar, pero continuaba hasta pasar la frontera con Suecia y adentrarnos en este país, del que hablaré en su correspondiente capítulo.


Son muchas las emociones asociadas a Noruega, empezando por las que me produjo admirar las esculturas de Vigeland en el parque de Oslo que lleva su nombre, siguiendo por los maravillosos paisajes de sus Fiordos y terminando con la inmensa contundencia de los glaciares, con su lengua avanzando inexorablemente. 


                   

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