domingo, 20 de mayo de 2012

MONTENEGRO



Viajamos hasta este país aprovechando el viaje que hacemos en abril de 2010 a Croacia. Pocos kilómetros separan a estos dos países que hasta el año 1991 habían  formado parte de la República Socialista Federal de YUGOSLAVIA. Montenegro continuó unido Serbia hasta que, en 2006 convocaron un referendum cuyo resultado fue la separación de ambos países y el reconocimiento de Montenegro como estado soberano.
La frontera está muy cerca de nuestro hotel, por lo que cambiamos de país en muy poco tiempo, pero los trámites de aduana se demoran mucho más, con lo que el tiempo que ganamos por un lado se pierde con los trámites burocráticos. Pero al fin pasamos.
Atravesamos una gran ciudad, IGALO, famosa por ofrecer importantes servicios sanitarios y aquí es donde venía el presidente Tito a curarse de sus dolencias.
Llegamos al punto principal de nuestro destino, la bahía de KOTOR.  
Es un espectáculo, con sus tranquilas y transparentes aguas, donde se reflejan las montañas, con sus casitas en las riberas y sus famosos islotes, protagonistas de la mayoría de los reclamos turísticos de la zona.
Llegamos a la ciudad de Kotor. Es patrimonio de la Humanidad, con sus callejas estrechas y empedradas. Ni un solo coche te molesta y guarda todo el tesoro de su historia entre bellas casas y palacios. Es tan hermoso este lugar que le dedico un espacio aparte en la entrada que lleva su nombre.
Dejamos esta bonita ciudad para llegar hasta BUDVA, con la mejor playa montenegrina. Almorzamos en un simpático restaurante al lado del mar y luego damos una vuelta por esta ciudad también amurallada y muy bien conservada.
Regresamos a Croacia pero esta vez no por carretera, cosa que me alegra mucho porque las alturas y precipicios por los que hemos pasado a la ida, me han dejado muy mal recuerdo, a pesar de que reconozco que las vistas han sido impresionantes. atravesamos el golfo de Kotor en ferry, volviendo a disfrutar de bellísimos paisajes y  en unos minutos estamos en tierra para volver a tomar el autobús que nos devolverá a Croacia, tras pasar nuevamente la frontera. 
Dejamos las cosas en el hotel y nos vamos a cenar en esta nuestra última noche en un buen restaurante de marisco en Cavtat (muy cerca de Dubrovnik). Una cena de lujo y a buen precio, según los entendidos en marisco. Yo repito con el arroz negro.

Montenegro es un país que promete muy bellos lugares, con unos paisajes impresionantes. Se adivinan lugares para pasar varios días y disfrutar. Una visita tan rápida como la que yo he hecho me ha servido para eso, para pensar en volver.

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