martes, 24 de abril de 2012

HOLANDA


        HOLANDA
       (Neederland)
Mi viaje a Holanda tuvo lugar durante el mes de agosto de 1998. Su duración fue de una semana, tiempo suficiente para pasear por la ciudad de Amsterdan y hacer excursiones por las ciudades más importantes de este país.
AMSTERDAN, agua por todas partes, jardines y bicicletas.
Fue un viaje sin organizar nada, solamente tenía contratado el Hotel Intel, un lugar céntrico y agradable, desde el que podías visitar los lugares más interesantes de la ciudad, además de estar rodeado de múltiples restaurantes y cafeterías donde poder tomar cualquier cosa para comer o cenar a buenos precios. 
La capital de Holanda es una ciudad tranquila. Sumamente agradable porque está surcada por múltiples canales, con aguas tranquilas y barcas que se deslizan por sus  aguas, edificios de construcciones decoradas y elegantes, verdes jardines llenos de flores por doquier y muchas, pero muchas, bicicletas. Gente con traje elegante, mujeres y hombres mayores, todo el mundo va en bicicleta. Este detalle es uno de los que más llamó mi atención de esta ciudad, por no hablar de los parkings de este ecológico vehículo: cientos de ellos y por todos los rincones, guardando miles de bicicletas. Un enjambre que te hacía  pensar “quien haya dejado su bicicleta por el medio de esta multitud ¿podrá acceder a ella?. Es increíble, nunca en mi vida había visto tantísimas bicicletas juntas, aparcadas en una ciudad.
Pasear por esta ciudad tiene mucho encanto. En cualquier banco que te sientes, puedes disfrutar de sus canales, que forman curiosos círculos concéntricos que la envuelven. Miles de puentes los cruzan y muchos de ellos se iluminan por las noches creando un bello y mágico espectáculo. También es algo típico de aquí, encontrar amarradas barcas en las orillas de los canales que resultan ser viviendas, es decir, casas flotantes, algunas de ellas decoradas con alegres pinturas, que forman barrios de lo más original en algunos tramos escondidos de estos ríos.
Lugares específicos que merece la pena visitar en Ámsterdam son: la Plaza Dam, con el Monumento nacional y el Palacio Real; la casa donde vivía Ana Frank; Torre de Montelban; el mercado flotante de flores sobre el rio Singel  y el museo de Van Gogh.
LA HAYA y  Madurodam 
Se puede recorrer todo el país en autobús en poco tiempo. El paisaje es muy bello porque está plagado de prados verdes y de campos llenos de flores. Aquí encontramos muchos con sus emblemáticos tulipanes. También se puede ver molinos con sus aspas al viento y ciudades también muy bonitas, con sus canales pero en pequeño, como Delft.
De La Haya apenas puedo recordar nada porque el paseo fue todo dentro del autobús y la única parada la hicimos frente a las magníficas verjas del Tribunal Internacional de Justicia, al que no pudimos entrar pero del que pudimos admirar sus cuidados jardines y al fondo el famoso palacio que alberga este organismo oficial.
Cerca de esta ciudad, se puede visitar el gran parque temático de Madurodam, donde puedes pasearte entre bellos edificios y monumentos, fieles reproducciones de los originales, pero  que te quedan a la altura más o menos del  ombligo. Yo, como amante que soy de las miniaturas, disfruté como una niña.
El viaje, tanto de ida como de vuelta, fue en autobús. Un poco pesado pero lo resistí perfectamente. 
La EMOCIÓN más destacada ligada a Amsterdan: admirar la obra de Van Gogh, mi pintor preferido. 

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