domingo, 8 de enero de 2012

BÉLGICA


BELGICA


Mi único viaje a Bélgica fue en el año 1972. Concretamente fue en el verano de ese año y el motivo fue realizar en la Universidad Libre de Bruselas un curso de Lengua y Literatura francesa.

Por aquellos años era muy poca gente joven la que salía a estudiar fuera de España. La poca gente que salía era o muy rica y viajaba por placer o por negocios, o muy pobre, porque el viaje era para ganarse la vida trabajando en países más ricos.

Era toda una aventura marcharse fuera de casa. Lo primero y comparándolo con nuestro mundo actual, no había móviles, desde luego, pero es que encima tampoco se puede decir que abundaran los teléfonos públicos aparte de que las conferencias eran costosísimas. Total que si te marchabas, casi era como si te fueras al fin del mundo porque la familia no llegaba a saber de ti más que por correo postal, lo cual quiere decir que podían pasar días o incluso semanas sin noticias.

Pero mi madre y mi padre aceptaron con resignación el deseo de aventura de su hija y fui la primera de la familia que salía al extranjero.

El viaje iba a ser pesado porque el itinerario era : un autobús de Valencia a Paris, con una interminable cantidad de horas. Llegada a París por la noche y al día siguiente, tomar un tren París-Bruselas.

Yo viajaba con un carnet de estudiante, por lo que se suponía que podría encontrar algun albergue en donde pasar la noche en Paris. Pues no, llegué a Paris y no tuve suerte de encontrar ninguno. De todas formas, este episodio lo describo en el viaje a Francia.

Al día siguiente, tomé el tren hasta Bruselas y allí me dirigí a la Universidad Libre, que estaba en la misma ciudad.

Allí me presenté y me comunicaron cual sería mi habitación y condiciones de clases, comidas y todo ese tipo de cosas.

BRUSELAS y su Universidad Libre .

Hace tantos años y eran tan pocos los medios de entonces (yo no tenía cámara de fotos ni se vendían apenas postales) que no tengo ni una sola imagen de entonces. Recuerdo que había un buen campus para hacer deporte. Recuerdo el comedor y las comidas que no me gustaban nada (yo todos los días terminaba comiendo lo mismo : patatas cocidas con lechuga y mayonesa). Recuerdo las grandísimas aulas. Recuerdo a algunos compañeros y compañeras. Recuerdo el dormitorio en las instalaciones de la universidad, compartido con una rumana que no hablaba ningun idioma común con el que entendernos. Recuerdo que algunos fines de semana nos llevaron de excursión por el país y yo, además, me recorrí una buena parte de él en autostop. Estos son los recuerdos que mantengo como en una especie de nebulosa :

-Bruselas : la Grand place, el Manneken pis y el Atomium.

Se llegaba a la famosa Grande Place a través de estrechas y sinuosas calles. En una de ellas estaba la famosa estatua del niño conocido como Manneken pis, que me pareció pequeñito y sin nada de particular. Era una fuentecita sin nada especial, pero es uno de los símbolos de la ciudad.

Había muchos cafés y lugares donde se podía escuchar música en directo : jazz, blues, en fín, una novedad para mí que llegaba de una ciudad en donde no había nada de nada.

Una cosa que me dejó petrificada : el precio de un café con leche tomado en una de las muchas terrazas de la Grand Place. Fue un atraco y ya no volví más.

Pero realmente la Grand Place era una belleza de arquitectura neogótica, con su ayuntamiento y todas las casas tan elegantes y artísticas. Está considerada una de las plazas más bonitas de Europa.

La Universidad nos obsequió con una breve visita panorámica pero no guardo en mi memoria ningun recuerdo en especial.

Si recuerdo el Atomium, que era una imagen que identificaba a Bruselas. Me limité a mirarlo por fuera porque subir al restaurante que había arriba con un buen mirador, era demasiado caro para una estudiante sin recursos. No era nada espectacular pero no estaba mal y se veía rodeado de jardines.

El origen de este monumento, conocido como la Torre Eiffel de Bruselas, fue la exposición universal de 1958 y se quedó desde entonces esta estructura de acero y aluminio como símbolo de la ciudad a pesar de sus muchos detractores.

- BRUJAS y los canales.

Esta es una pequeña ciudad muy cerca de la capital y que normalmente es visita obligada para cualquiera que vaya a Bruselas. Su plaza, sus casas armoniosas y sus bellos canales y puentes, configuran un agradable paseo y se comprende que sea comparada con Venecia.

-Gante, Amberes, Tournai.

Todas estas pequeñas ciudades tenían, como Brujas, un aire romántico, con unas recogidas y bonitas plazas, con su Ayuntamiento y artísticas casas, cada una diferente de las demás, como señal identificadora de su dueño.

Bélgica y Bruselas significan mucho para mí por ser la primera vez que me encontré fuera de mi entorno familiar. Fue un viaje iniciático y recorrer gran parte del país en autostop una aventura irrepetible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario