domingo, 8 de enero de 2012

ANDORRA


ANDORRA

He viajado a Andorra aprovechando el puente del 9 de octubre y contratando una excursión con Selectur (autobuses que salen desde Valencia) para los días 9 al 12 de octubre, ambos inclusive, de 2008.

El viaje lo hago para acompañar a mi hija Ana y se lo regalo por su cumpleaños (el próximo mes cumple 26). Salimos el jueves día 9 (fiesta en Valencia) a las 7 de la mañana.

El autobús para a las dos horas y media. Llegamos a las 13 hs. cerca de los Pirineos para comer y a las 15 ya estamos en Andorra. El viaje no se nos ha hecho nada pesado.

Nada más cruzar la frontera ya se divisa el bonito paisaje de montañas y árboles típicos de la zona. En media hora más ya estamos en Andorra la Vella y buscamos el hotel Cosmos, que se encuentra en Escaldes-Engordany.

Está muy bien y la habitación es muy amplia. Me asomo por la ventana y ¡oh maravilla! Se ve el río que pasa por debajo mismo de nosotras. ¡Es fantástico! (por la noche me daré cuenta que el sonido del río se convierte en un verdadero ruido que parece de motor).

Nos da tiempo de dar una primera vuelta por los alrededores y luego volvemos al hotel, donde cenamos (buffet libre).

Al día siguiente hacemos excursiones :

ORDINO

Es un pueblecito que está a media hora de donde nos alojamos. Es precioso, con sus casas de piedra y balconadas de madera llenas de flores de fuertes colores. Hay una bonita iglesia en cuya parte trasera hay un gran mirador a las montañas con muy buenas vistas a las montañas.

Visitamos en este bonito pueblo un original museo de miniaturas.

Es el museo de las obras de Nikolai Siadristyi, sobre quien nos pasan un pequeño video para darnos a conocer a este artista desconocido. Después visitamos el museo por el módico precio de 3 euros, que no es más que una habitación en donde se encuentran sus obras que tienen que ser vistas a través de microscopio. Algunas de ellas están realizadas dentro del ojo de una aguja o en la cabeza de un alfiler. Es una obra impresionante y nos alegramos mucho de haber visitado este lugar.

Después de dar un pequeño paseo por este bonito pueblo, volvemos a Andorra la Vella para coger la carretera que nos lleva a otro punto de la excursión :

El Santuario de MERITXELL.

Es un pueblo muy pequeño cuyo santuario original se quemó en un incendio fortuito. El actual es obra del arquitecto Bofill y resulta de una gran originalidad.

Lo primero que llama la atención es la inmensa luz que se cuela por la gran cantidad de cristaleras que hay en lugar de techos. Todo es blanco y el altar está en el centro y también es blanco y redondo, emulando al sol. Hay un bonito patio envuelto en espejos que le da un aire de infinitud muy interesante.

Regresamos a comer al hotel y por la tarde tenemos tiempo libre y posibilidad de ir a Caldea.

CALDEA, el complejo termolúdico.

Se encuentra a muy pocos metros de donde tenemos el hotel.

Ya el edificio por fuera resulta muy llamativo por su estilo futurista y metalizado. Por dentro es también muy espacioso y decorado con mucho gusto.....pero hay mucha gente y decidimos no entrar (a mi la verdad es que me da un poco de aprensión eso de bañarme en un sitio con tanta gente). Otra vez será.

Los días siguientes los dedicamos a pasear por la capital:

ANDORRA LA VELLA

Nuestro hotel está en la zona conocida como Escaldes Engordany, cuya calle principal llamada Carlomagno, es la conocida como calle de las tiendas (y es verdad porque están todas pegaditas) y acaba en Andorra la Vella, en donde siguen también las tiendas y más tiendas.

Haciendo un esfuerzo por no comprar sin parar (cosa difícil ante tanta oferta y algunos buenos precios, sobre todo en electrónica y perfumes. Y por si fuera poco, hay muchas tiendas de ¡miniaturas y maquetas!) llegamos al casco antiguo de la ciudad.

Ahí nos topamos con una bonita iglesia con el típico campanario de la región, que da paso a las callejuelas estrechas que acaban en la famosa casa de La Vall, el primer Parlamento del Principado.

Además hay parques, bonitas vistas, las montañas de fondo y los árboles de diferentes colores (entre ocres y verdes) sientan los límites del terrero. Es curioso ver lo altas que quedan algunas casas que se ven allá arriba, rodeadas de árboles y que parece que allí tengan que desplazarse sus habitantes volando porque no se ve ni la más pequeña carretera. Una cosa está clara y es que esa gente no padece vértigo a las alturas.

En fín, que ha sido un viaje agradable, barato, con buenas vistas, agradables casas con muchas flores, mucho verde, mucha montaña y algunos buenos precios. Al final hemos cargado con un montón de compras, tal y como han hecho todos los miembros del grupo porque aquí viene a eso la gente principalmente, según supimos después.


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