domingo, 1 de enero de 2012

ALEMANIA. Primer viaje


ALEMANIA

(Deutschland)

Primer viaje

La primera vez que estuve en Alemania fue en el verano de 1972. Lo hice aprovechando mi estancia en la Universidad Libre de Bruselas, en donde realizaba un curso de lengua y literatura francesa.

El motivo de la escapada de fin de semana, fue la visita a un hermano de un compañero de curso que allí estaba trabajando (como tantos españoles que durante años tuvieron que emigrar a los países ricos a ganarse la vida y salir de la miseria en que vivía gran parte de la población española).

Lo primero que llamó mi atención, fue la inmensidad de las autovías (comparadas con las carreteras de aquí), con tres o cuatro carriles como mínimo. Además estaban llenas de señalizaciones y de áreas de servicio.

Lo segundo que me llamó la atención fue la limpieza de las ciudades, su pulcritud y…..lo antipática que era la gente con nosotros, extranjeros y de la Europa pobre (nisiquiera éramos de Europa, politicamente hablando, claro).

Nuestro destino era Wuppertal, una ciudad al Noroeste de Alemania, en la región de Renania Norte.

1.- WUPPERTAL y su tren colgante.

Era una ciudad joven y moderna. Se podía observar en ella edificios altos y acristalados, amplias avenidas y agradables calles peatonales adornadas con flores. Pero lo más llamativo era su tren colgante, que cruzaba por diferentes puntos de la ciudad y se deslizaba, en muchos tramos, suspendido en el aire sobre el río.

Buscando hoy en Internet datos sobre aquella ciudad que hace tantos años visité, resulta que me encuentro con que todavía sigue siendo este tren colgante (llamado Schwebebahn) su principal atractivo turístico.

Una curiosidad sobre este lugar es que aquí nació el filósofo revolucionario Frederick Engels, cuando todavía esta ciudad no tenía el nombre de hoy y pertenecía a Prusia.

La emoción más destacable que me dejó este viaje, fue la vida tan difícil de los emigrantes españoles en Alemania. Apenas tenían muebles en la casa donde vivían, no salían a divertirse ni se relacionaban con los alemanes. Sólo vivían para trabajar, ahorrar y volver a España.

2.- COLONIA y su catedral

Aprovechando este mismo viaje, nos desplazamos hasta esta bonita ciudad a orillas del Rhin.

No recuerdo nada más de ella que su catedral. Se levanta inmensa y majestuosa, con sus torres de aguja apuntando al cielo, te transmite un sentimiento poderoso que te clava al suelo y que te impide moverte y dejar de mirarla.

Sólo por admirar la catedral, ya merece la pena la visita a Colonia.

Buscando hoy en internet para actualizar información, me entero de que esta bellísima joya fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1996. También me entero de que, aunque empezó a construirse en 1248, no se finalizó hasta 1880. Y otro detalle: dicen que en ella se encuentran enterrados los tres Reyes Magos, que fueron trasladados desde la catedral de Milán. No se si esta información tiene como objetivo conseguir que la catedral se convierta en un punto de peregrinaje (sobre todo de niños).

De este primer viaje no tengo ni una sola fotografía. Por aquellos años era un lujo y yo iba en plan de estudiante sin un céntimo encima.

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